miércoles, 11 de marzo de 2015

El futuro de la educación

En los últimos años (sobre todo con la actual crisis económica), se habla mucho acerca de cuál va a ser el futuro de la educación. Algunas alternativas que se plantean son el mobile learning, la gamification, la pedagogía inversa o flipped classroom, entre otras. Es cierto que las circunstancias actuales exigen un cambio de modelo educativo puesto que el actual sistema no satisface las demandas profesionales. Recordemos que el modelo educativo vigente fue diseñado en el siglo XIX para responder a las necesidades de la Revolución Industrial. Las circunstancias han cambiado. Este modelo difícilmente va a preparar a jóvenes para los próximos 20 años donde la demanda de empleo será escasa. Muchos expertos en educación, como Salvador Rodríguez (@salvaroj), defienden la necesidad de cambiar la situación. Un modelo que incluya no sólo la incorporación de nuevos escenarios digitales sino, lo que es más importante, el desarrollo de competencias en el alumnado a través de la inclusión de nuevas metodologías pedagógicas.

Cuando hablo de "desarrollo de competencias" lo justifico, en el sentido, de habilidades y
capacidades que las empresas demandarán en el futuro laboral. Por lo tanto, serán competencias (como el pensamiento crítico, creatividad o gestión del conocimiento) que los jóvenes deben demostrar en el nuevo contexto laboral. Sin embargo, qué es más importante, ¿formar a personas a que desarrollen profesiones o formar a profesionales? El actual camino de la educación primaria, secundaria, bachillerato y Universidad no aseguran un éxito profesional pero sí podemos potenciar el talento del alumno para desarrollar su capacidad creativa y fijación de metas u objetivos. Se trata de fomentar la ilusión por el aprendizaje, competencia que incluso hoy en día se nos exige a los adultos para adaptarnos a la innovación tecnológica. Como comenté en otro post, "la vocación profesional no llega, la vocación profesional se construye" y que mejor manera que otorgar un papel más activo al alumno en su aprendizaje.

Desde mi punto de vista, el futuro de la educación viene marcado por dos tendencias: la innovación en la educación digital y la innovación pedagógica
  1. Innovación en la educación digital: se refiere a las nuevas herramientas digitales (tales como libros de texto digitales, redes sociales educativas, blogs y micro-blogs, realidad aumentada, computación en la nube, juegos educativos en red, wikis educativos, etc). Las cuales van a permitir que el alumno construya e interaccione en un entorno de aprendizaje digital. Estos cambios son producidos por la emergencia de nuevas tecnologías.
  2. Innovación pedagógica: constituyen nuevas corrientes metodológicas y de enseñanza que cobran especial importancia debido al nuevo escenario digital. Muchas de ellas, incluso existían antes de la inclusión de las TIC en las aulas pero con la incorporación de las herramientas digitales han vuelto a cobrar importancia (aprendizaje móvil, aprendizaje colaborativo, aprendizaje por proyectos, enfoque pedagógico por competencias, pedagogía inversa, etc).
No obstante, el futuro de la educación lo va a marcar, sobre todo, la comunidad educativa (alumn@s, docentes y familias). Es lo que Jose Antonio Marina llama la tribu. Personas dispuestas a cambiar las cosas, a aportar su granito de arena para que las cosas funcionen un poco mejor. A todos nos preocupa el futuro de los más jóvenes y, fundamentalmente, en el contexto en el que van a desenvolverse. Aspectos como el trabajo colaborativo o la creatividad serán necesarios más que nunca porque el modelo está cambiando. Algunas iniciativas, como las que ha llevado a cabo la Fundación Jesuitas Educación (FJE) en Cataluña, son medidas interesantes que se están produciendo en el actual modelo educativo. La cuestión es ¿qué nos impide llevar a cabo nuevas iniciativas?.

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