¿Qué significa ser un “gran docente”? ¿Cuáles son las
características que debe poseer un profesor del siglo XXI? Para responder a
éstas preguntas, podemos recurrir a habilidades básicas como que un profesor
debe ser comprensivo con las circunstancias de los alumnos, optimista ante las
dificultades actuales (recortes, conflictos, etc) o motivador para impulsar el
progreso académico. Nadie duda de la importancia de éstos aspectos. Sin
embargo, debemos partir del contexto social en el que nos encontramos y de las
necesidades educativas de los próximos años. Vayamos por partes.
Como ya escribí en otro post,
el modelo educativo vigente fue
diseñado en el siglo XIX para responder a las
necesidades de la Revolución Industrial. Actualmente, estamos experimentando un
“cambio de modelo educativo” en el cual existe una transición entre una
sociedad industrial a una sociedad creativa e innovadora. En este salto, la
incorporación de nuevas metodologías pedagógicas permite que los alumnos inviertan el tiempo de
clase en trabajos más productivos
beneficiando, así, su aprendizaje. De esta forma, pasamos de un alumno
pasivo a un alumno activo. Por otra parte, no podemos olvidarnos de las necesidades
educativas de los próximos años. Sin duda, éste aspecto está estrechamente
relacionado con el contexto social, económico y cultural actual y se traduce en
las características que deberá presentar el individuo en la nueva sociedad 3.0.
Algunas de estas características son: creatividad, innovación, espíritu
crítico, carácter emprendedor, flexibilidad, etc. Es, en este punto, donde el
rol del docente es fundamental.
De acuerdo con un estudio
sobre las prácticas docentes y rendimiento estudiantil, podemos decir que las 3
características de los profesores más eficaces son:
1) Especialistas en su
campo profesional: ello conlleva que, en la transmisión de conocimientos, aparezcan aspectos como la pasión o la motivación. Los profesores que motivan a
los alumnos con peores notas, mejoran el rendimiento de todos los demás alumnos
de esa asignatura.
2) Suelen trabajar en grupos pequeños para mejorar
la productividad en clase. Prácticas como trabajar en grupos reducidos en
clase o el uso de las TIC para la realización de diversas actividades, aumenta
el rendimiento de los alumnos cuyo aprendizaje pasa a ser más activo.
3) Realizan cursos de
formación continua en orientación profesional de los alumnos. La formación
continua en la materia que imparten así como el aprendizaje de enseñanzas
individualizadas o la adquisición de competencias transversales y orientación
profesional permite que los profesores estén más preparados ante las nuevas
necesidades educativas.
El rol del profesor es siempre mejorable pero lo más importante es que no
podemos obviar la importancia de la práctica del docente en la trayectoria del
alumno.