Aparte de algunos cambios mencionados anteriormente, uno de los aspectos más polémicos de dicha Ley es la incorporación de la reválida. La reválida constituye evaluaciones finales para conseguir el título de Secundaria y Bachillerato, de tal manera, que los alumnos que finalicen sus ciclos educativos correspondientes (Primaria, Secundaria y Bachillerato) tendrán que examinarse de diferentes asignaturas para obtener cada título. Sin embargo, dependiendo del ciclo, cada prueba sería diferente:
- Primaria: la evaluación del ciclo de Primaria se realizará en el curso de sexto. Dicha prueba se dividirá en tres áreas: competencia lingüística, matemáticas y ciencia y tecnología. Además, cada evaluación incluirá situaciones personales, escolares, sociales, científicas y humanísticas en entornos próximos a la vida del estudiante. El resultado final se expresará en un informe con niveles de insuficiente, suficiente, bien, notable y sobresaliente y tendrá carácter informativo y orientador.
- Secundaria: las pruebas se realizarán en el curso de 4º de la ESO y los resultados contarán con el 30% de la nota final ponderándose con las notas que el alumno haya obtenido a lo largo del ciclo. Si los alumnos suspenden, podrán repetirlo en una convocatoria extraordinaria. El examen se centrará en las materias troncales y evaluará competencias como comunicación linguistica, matemáticas, ciencia y tecnología, competencias sociales y cívicas o sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor.
- Bachillerato: en este caso la reválida sustituiría a la Selectividad. Al igual que la Selectividad, la reválida tendrá un peso del 40% en la evaluación final siendo el 60% restante las notas que el alumno haya obtenido a lo largo del ciclo. El examen lo constituyen siete asignaturas obligatorias con cinco troncales (como Lengua y Literatura, Lengua extranjera o Historia), dos materias troncales de una modalidad y una específica. Al igual que en la ESO, también se contará con una convocatoria ordinaria y extraordinaria.
Después de esta revisión, podemos decir que lo característico de esta Ley es la incorporación de más evaluación no logrando un consenso político entre partidos y comunidad educativa, básico para un pacto de Estado por la Educación. En esta línea, se necesita también un consenso con los estudiantes siendo los protagonistas del cambio educativo. Hace pocos días, salió en los medios el caso de Isidoro Martínez, un estudiante de 14 años de San Fernando (Cádiz) que logró recoger 240.000 firmas contra las evaluaciones externas de la LOMCE. En palabras de Isidoro, "se sienten desmotivados y les aterra la idea de que, a pesar de un expediente brillante, tener que enfrentarse a un examen de todo o nada."
De acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) denominado Education at a Glance 2016, lleva a cuestionar la escasa relevancia de la educación presupuestaria del Gobierno en comparación con la media europea (5% frente al 3,9%). Y es que, en palabras de Jose Antonio Marina, "la educación no interesa". Quizás el estudio sirva para reflexionar de las necesidades de recursos esenciales para mejorar la eficiencia educativa que posibilite una mayor inversión en la misma y alcanzar el necesitado consenso entre las distintas fuerzas para lograr un adecuado pacto educativo por la Educación.