Nadie duda de la importancia de las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) en el terreno de la educación. De cómo los dispositivos electrónicos (tablets, portátiles, smartphones, etc) se han convertido en herramientas de uso en nuestro día a día. Son herramientas indispensables en nuestra vida personal y profesional (si no lo crees, puedes valorarlo preguntándote cuántas veces ves tu móvil a lo largo del día). Y con todo esto, colegios, institutos o Universidades no lo ignoran e incorporan las herramientas digitales en sus contenidos curriculares. Un ejemplo puede ser la plataforma Moodle, la cual sostiene procesos de enseñanza-aprendizaje con posibilidades de interacción y publicación de contenidos. Pero la innovación en educación no es sólo comprar tablets para los alumnos o abrir páginas web, es mucho más que eso.
Aquí hay un punto clave: ¿Están los estudiantes preparados para
un mundo rico en tecnología?. Según un informe sobre Habilidades laborales en 2020, el pensamiento crítico o la inteligencia emocional serán algunas de las competencias más valoradas por las empresas en los próximos años. Se requerirán profesionales que interpreten y seleccionen los millones de datos que circulen a través de la web. Está claro que las TIC contribuyen al desarrollo de la creatividad e innovación teniendo los jóvenes la posibilidad de ser activos productores de información y conocimiento. Sin embargo, en la sociedad del conocimiento, la formación es para toda la vida. Por lo tanto, la escuela se convertirá en el lugar idóneo para la adquisición de las competencias digitales.
Pero, de forma paralela, no podemos olvidarnos de la labor del
docente. Los docentes poseen un papel más importante que nunca. Me refiero a que, no sólo dominen los contenidos que imparten sino que, además, posean conocimientos de la Web 2.0. Ello implica, como señala Mónica Moya (@monicamoyal), que "el docente conozca metodologías activas, de aprender haciendo, experimentando, de carácter constructivista, colaborativo y cooperativo." Siguiendo con este hilo, en este vídeo, se puede ver un caso de aprendizaje por proyectos, en el cual el alumno adquiere ciertas competencias (como el pensamiento crítico y la investigación). Y esto es sólo uno de las muchas utilidades que se pueden hacer de las TIC en el aula.
Parece que hoy en día todo es 2.0. La Web 2.0, Escuela 2.0, etc. Es cierto que el término 2.0 ha adquirido trascendencia en los últimos años pero, ¿qué significa exactamente lo 2.0 y que relevancia tiene para el sujeto en su educación?. La Web 2.0 viene a decir una cosa muy sencilla: el individuo es un ser activo en la creación de contenidos y forma una comunidad en torno a éstos. Ésta afirmación tiene cierta relevancia. Por primera vez en la historia, la sociedad digital normaliza que cualquiera puede crear contenidos y publicarlos. En los últimos seis meses, se han subido más horas de video en Youtube que la suma de todos los contenidos de las cadenas de televisión. En palabras de Genís Roca (@genisroca), "Internet es un espacio que ha permitido que, por costes, cualquiera pueda generar y publicar contenidos y ello transforma la manera de relacionarnos".
¿Y que tiene que ver todo esto con la escuela? Pues básicamente
en dos puntos. En primer lugar, afecta al conocimiento. Ya he comentado en otro post que "el conocimiento no sólo se adquiere sino que, también, se construye mediante el diálogo y la participación". Todos las herramientas de la Web 2.0 (Redes Sociales, Blogs, Wikis, etc) no son sino maneras de obtener el conocimiento. El punto principal es la habilidad del alumno para encontrar, seleccionar, criticar, compartir y crear información. Por lo tanto, la tecnología pasa a un segundo plano siendo lo más importante las personas.
En segundo lugar, influye en la capacidad creativa e innovadora del alumno. No podemos percibir sólo los elementos negativos de las herramientas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Debemos aprovechar, como señala Michael Wesch, las oportunidades que la Web 2.0 proporciona al sistema educativo, dónde el alumno pueda encontrar sentido y significado a su educación. Se trata de generar entornos dónde se pongan en práctica actividades que estimulen al alumno. Un ejemplo de iniciativa emprendedora, puede ser Kuone, una firma de ropa que ha sido creada por dos adolescentes del Colegio Ramón y Cajal. No importa las herramientas sino la actitud para potenciar el aprendizaje. La cuestión primordial es si la escuela está preparada para esta revolución social que llamamos Web 2.0.
Las Redes Sociales son, probablemente, una de las revoluciones tecnológicas más destacadas de los últimos años. Quizás, las dos características fundamentales que han provocado esta revolución son: por una parte, permiten que las personas estén más conectadas. Esto se traduce a que vivimos en un mundo donde las fronteras no existen y que la conectividad forma parte de nuestro día a día. Y, por otra parte, el fácil acceso a la información y la comunicación. Las personas no sólo acceden a contenidos digitales y lo comparten sino que, también, pueden ser creadoras de información y conocimiento. ¿De verdad esto último es posible? Pues sí. En las Redes Sociales aprendemos de lo que queremos saber. El problema es que con tal cantidad de información a nuestro alcance, qué podemos hacer nosotr@s para obtener el máximo beneficio posible.
Esta semana he leído un libro de Linda Castañeda (@lindacq) y Jordi Adell () sobre PLE (Entornos Personales de Aprendizaje). En palabras de sus autores, los PLE es "el conjunto de herramientas, fuentes de información, conexiones y actividades que cada persona utiliza de forma asidua para aprender". Es cierto que, actualmente, el aprendizaje se ha convertido en algo que dura toda la vida pero la cuestión es cómo usar las Redes Sociales para beneficiar ese aprendizaje que nos apasiona. Y me da lo mismo cual sea. Desde un estudiante de fontanería que quiera especializarse en calderas hasta un joven interesado por la informática que quiere dominar el lenguaje de programación Python. Por primera vez en la historia, tenemos recursos para ver "modelos a seguir" (los cuales tienen éxito) que usan las herramientas digitales para publicar sus contenidos. Y todo ello al alcance de un clic.
El conocimiento no sólo se adquiere sino que se construye siendo el protagonista el individuo, quién tiene el poder de determinar su camino como aprendiz a través del alcance de objetivos concretos y específicos. Algunos ejemplos para comenzar son Twitter o Youtube, dónde ya hay usuarios (por ejemplo AuronPlay o el elrubiusOMG, los cuáles muchos de sus suscriptores son adolescentes) que crean una comunidad en torno a sus contenidos. No importa de lo que sabes, lo importante es demostrar tu talento a través de las herramientas digitales y, un buen comienzo para observar y aprender, son las Redes Sociales.
En los últimos años, se ha puesto de moda la palabra "emprendimiento" como una opción para combatir la crisis económica de tal manera que todo autónomo obtiene la etiqueta de "emprendedor". Sin embargo, debemos tener en cuenta dos aspectos del emprendimiento: por una parte, es una alternativa más de la que toda persona dispone (por supuesto, depende del estilo de vida de cada un@) y, por otra parte, no debe concebirse siempre como una gran inversión para obtener resultados de inmediato.
Como dice Alfonso Alcántara (@yoriento), "un emprendedor es un autónomo con glamour". Es una persona que experimenta, prueba y hace pequeñas inversiones para ver los resultados que va obteniendo. No tiene miedo al fracaso sino que dispone de una actitud fuerte para asumir sus derrotas y aprender de sus victorias. Es, en este punto, donde el sistema educativo tiene mucho que aportar para fomentar (no forzar) el carácter emprendedor en los más jóvenes. Sobre todo, debido al futuro de la educación que puede resumirse en dos vertientes:
- El 70% de los bebes de hoy trabajarán en sectores que aún no existen: sabemos que el mundo evoluciona casi a la velocidad de la luz. Que en 2007 salió el primer Iphone y ya vamos por el 6. Que hace diez años no sabíamos que era un Community Manager o que la economía compartida (Blablacar es un ejemplo) está cambiando nuestro presente. En palabras de Fernando Becerra (@swissfer), socio de Startup Academy, "l@s niñ@s tienen todas las habilidades que las empresas demandan: creatividad, inquietud, trabajo en equipo,...sin embargo, el sistema educativo nos enseña a estudiar, escuchar y repetir. Con los años, esas cualidades se pierden".
- Cada vez menos estudiantes escogen carreras de ciencias. Problema para el futuro: según datos de la Comisión Europea, este año habrá un déficit de 7000 profesionales en las especialidades de Ciencia, Ingeniería, Tecnología y Matemáticas. Una identificación temprana y una adecuada orientación vocacional puede ser una solución a este problema.
La vocación profesional no llega, la vocación profesional se construye y que mejor momento para empezar que en las primeras etapas del sistema educativo. Fomentemos las habilidades y capacidades del emprendedor en la escuela para que los más jóvenes empiecen a experimentar y a descubrir sus potenciales.
En este post quiero hacer una reflexión de los beneficios del Coaching sobre el terreno de la Educación. Y cuando hablo de la Educación, me refiero, concretamente, a la adolescencia (colectivo con el que más he trabajado). Para explicarme, voy a estructurarlo en dos partes.
En primer lugar, es necesario definir Coaching. El Coaching es una
disciplina que se basa en el método socrático mediante el cual la persona establece sus objetivos y metas a través de las respuestas a preguntas concretas (dicho método también recibe el nombre de mayéutica). Es una disciplina que promueve la acción del sujeto y, para ello, entra en consideración la concienciación, la reflexión y/o el cambio. El Coaching es una disciplina que ha gozado y goza de popularidad en los últimos años debido a que los beneficios que la persona experimenta tras el proceso es un aprendizaje, no sólo a corto/medio plazo sino que dura toda la vida. Y no sólo se aplica a nivel individual sino en diversas disciplinas como el profesional, ejecutivo, la salud,...y por qué no la Educación.
En segundo lugar, su relación con el terreno educativo. Actualmente, es cierto que hay muchos profesionales que ya aplican el Coaching al área educativa como Carlos Melero (@GotasdeCoaching) cuya visión del pensamiento útil ayuda a padres y profesores a comprender, elegir y actuar. Sin embargo, un tercer pilar básico en la estructura de la enseñanza son los estudiantes. De alguna manera, el sistema educativo, a partir de cierta edad, suprime la actitud innovadora de los más jóvenes (ya lo decía Ken Robinson) que pasan de crear a memorizar. Algunos colegios e institutos luchan por el #cambioeducativo. Un ejemplo es el Colegio Montserrat de Barcelona donde su directora, Montserrat del Pozo (@montsedelpozo), y su equipo trabajan para fomentar el potencial y desarrollo de los estudiantes. Es, en este sentido, donde el Coaching tiene mucho que aportar a la Educación. Cada persona tiene un potencial a desarrollar (incluido los adolescentes) y nuestro papel como Coach se dirige a ayudar a los más jóvenes a potenciar su creatividad ya que la Educación consiste en preparar a los estudiantes a afrontar lo desconocido.