En primer lugar, es necesario definir Coaching. El Coaching es una
disciplina que se basa en el método socrático mediante el cual la persona establece sus objetivos y metas a través de las respuestas a preguntas concretas (dicho método también recibe el nombre de mayéutica). Es una disciplina que promueve la acción del sujeto y, para ello, entra en consideración la concienciación, la reflexión y/o el cambio. El Coaching es una disciplina que ha gozado y goza de popularidad en los últimos años debido a que los beneficios que la persona experimenta tras el proceso es un aprendizaje, no sólo a corto/medio plazo sino que dura toda la vida. Y no sólo se aplica a nivel individual sino en diversas disciplinas como el profesional, ejecutivo, la salud,...y por qué no la Educación.
En segundo lugar, su relación con el terreno educativo. Actualmente, es cierto que hay muchos profesionales que ya aplican el Coaching al área educativa como Carlos Melero (@GotasdeCoaching) cuya visión del pensamiento útil ayuda a padres y profesores a comprender, elegir y actuar. Sin embargo, un tercer pilar básico en la estructura de la enseñanza son los estudiantes. De alguna manera, el sistema educativo, a partir de cierta edad, suprime la actitud innovadora de los más jóvenes (ya lo decía Ken Robinson) que pasan de crear a memorizar. Algunos colegios e institutos luchan por el #cambioeducativo. Un ejemplo es el Colegio Montserrat de Barcelona donde su directora, Montserrat del Pozo (@montsedelpozo), y su equipo trabajan para fomentar el potencial y desarrollo de los estudiantes. Es, en este sentido, donde el Coaching tiene mucho que aportar a la Educación. Cada persona tiene un potencial a desarrollar (incluido los adolescentes) y nuestro papel como Coach se dirige a ayudar a los más jóvenes a potenciar su creatividad ya que la Educación consiste en preparar a los estudiantes a afrontar lo desconocido.
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