Es indudable que todos compartimos la necesidad de mejorar la educación de nuestro país por una cuestión esencial: una población con un buen nivel educativo equivaldrá a un mayor bienestar económico y social. Sin embargo, cuando hablamos de mejorar la educación debemos analizar la finalidad del proceso educativo. En palabras de Antonio Clavero Barranquero, "la finalidad del proceso educativo se puede concretar en la preparación de los niños y jóvenes para que sean ciudadanos al servicio de su comunidad". Además de ésta afirmación, podemos añadir que la formación constituye el desarrollo de la autonomía, respeto y compromiso transmitiendo la importancia, a su vez, de que dura toda la vida.
Son muchos autores (como el mismo Antonio Clavero o Jose Antonio Marina) quienes defienden la necesidad de aumentar el gasto en educación. Sin duda, no son buenos momentos los que atravesamos pero debemos concebir esto como una inversión. Y es que podemos plantearlo de otra manera: ¿cuánto vale la ignorancia?. Desde este enfoque, la ignorancia nos conduce a la servidumbre, sin embargo, la educación nos conduce hacia la sabiduría y la libertad.
Por ello y, a pesar de que existen numerosos informes y estadísticas (como el Informe PISA o los informes de la OCDE) que nos pueden dar una referencia sobre el rendimiento académico de los alumnos u otros indicadores, debemos ser cautelosos en su análisis ya que pueden dar una visión más global. No obstante, siguiendo con la línea de autores como Gerard Lassibille, María Lucía Navarro Gómez o Manuel Salas Velasco, podemos citar algunos focos de atención:
- Una atención más individualizada en las primeras etapas del desarrollo del alumno así como su paso de un ciclo a otro.
- La difícil situación de los profesores ya que no sólo deben transmitir contenidos sino, también, ser orientadores y entrenadores durante toda la etapa de aprendizaje del alumno.
- La escasa motivación de los alumnos para continuar sus estudios ya que pueden ver el centro educativo como una imposición más que como un estímulo para progresar.
En esta línea, quiero hacer referencia a un informe de Ismael Sanz (@sanz_ismael) titulado "Los retos de la educación española para equipararse con la UE y la OCDE", en el que se hace un análisis de la situación educativa en tres aspectos: 1) nivel de estudios de la población, 2) inversión y 3) beneficios de la educación. Se trata de un documento muy divulgativo y con datos muy concretos sobre la evolución del sistema educativo en los últimos años. Entre los datos que se mencionan, se puede destacar los siguientes retos:
- A pesar de que en los últimos años hemos pasado del 62% al 45% de población que sólo tiene la educación secundaria obligatoria, es una dato que aún debe seguir disminuyendo.
- Una de las debilidades del sistema educativo español, es la poca relación entre la autonomía de los centros en el currículo y la evaluación y el rendimiento cuando se ha demostrado que una mayor autonomía de los centros en el currículo y evaluación está asociada a mejores resultados educativos.
- Un 87% de los profesores no han observado nunca las clases de otros profesores así como un 69% han declarado que no imparte clase en equipo con otros profesores. La colaboración del profesorado así como una mayor cooperación es uno de los grandes retos del sistema educativo.
- A pesar de que en España se imparte el mayor número de horas lectivas, no se prioriza estás horas en asignaturas como Matemáticas, Lectura o Ciencias.
Sin duda, estos retos suponen una cuestión de Estado. No sólo por el bien educativo del país sino por el bienestar social y económico de los pròximos años.
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