miércoles, 28 de febrero de 2018

La educación a distancia

¿Qué supone el concepto de educación a distancia y cuáles son sus consecuencias en el momento actual? ¿Realmente implica un cambio en nuestro modelo educativo para los próximos años? La educación a distancia es un término que ha adquirido más y más importancia recientemente. No solamente por los cambios metodológicos y pedagógicos en el aprendizaje sino por las oportunidades que supone para muchos alumnos que no tienen la oportunidad, bien por circunstancias personales o profesionales, de acudir físicamente a un centro de estudios.

En primer lugar, es necesario tener en cuenta la evolución propia de la educación a distancia. Evidentemente, el concepto de educación a distancia proviene del término mismo educación, educar. Etimológicamente, la palabra educar viene del latín (educare) que significa "guiar o conducir" en el conocimiento. Con el nacimiento de la escritura y de la imprenta, puede considerarse el nacimiento de la educación tal y como lo conocemos hoy en día. Sin embargo, a partir del siglo XIX, tras el desarrollo del servicio postal, fué cuando algunos profesores en Europa comenzaron a utilizar estas herramientas para facilitar a los alumnos la realización de los ejercicios que se realizan en clase. Sin embargo, este tipo de técnicas no llegó a funcionar correctamente puesto que faltaban algunos elementos básicos como la evaluación o resolución de dudas.

Más adelante, en la década de los sesenta y setenta, se comenzó a
utilizar recursos multimedia (como radio y la propia televisión) para apoyar los conocimientos que se transmitían desde el aula. Poco a poco, se fué adquiriendo la conciencia de que la educación podría ser algo masivo, es decir, se podría llegar a un mayor número de personas sin la necesidad de una interacción física. A partir de la década de los 80, todo lo anterior fué estabilizándose y, más aún, con el desarrollo de las nuevas tecnologías e internet que introdujo herramientas como campus virtuales permitiendo a los profesores interactuar con alumnos a través de medios digitales.

Todo ello, ha supuesto un cambio y un avance en nuestra sociedad ya que permite que la educación no sea algo limitado sino posible para todas las personas. El propio término de educación está muy relacionado con el de aprendizaje, donde el individuo adquiere un conocimiento por medio de algún recurso o de otra persona siendo una necesidad intrínseca de toda alumno, es decir, el aprendizaje no es algo impuesto sino es un interés que surge del propio individuo, sea por el motivo que sea (conseguir un puesto de trabajo o formarse en un determinado ámbito). Por lo tanto, variables como la motivación están presentes en el aprendizaje a diferencia del concepto de estudiar que se podría concebir como algo impuesto.

Otra de las características que incluye la educación a distancia es la modificación de la interacción entre el alumno y el profesor. Dicha modificación se refiere a algo físico pero no influye en la relación que pueden tener un alumno y un profesor. ¿Cuántas personas se comunican por Whatsapp o correos electrónicos al día con personas que conocen o, incluso, que no conocen? No tiene por qué suponer un impedimento siempre que se perciba como aprendizaje caracterizado, al mismo tiempo, por su flexibilidad y personalización (se puede adaptar a los ritmos de cada individuo).

La educación a distancia lleva años estableciéndose como una opción muy válida para muchas personas que conciben, además, el aprendizaje para toda la vida y no solo para la etapa infantil o adolescente. Tenemos muchos ejemplos en la actualidad (sobre todo de universidades) pero son cada vez más otros centros de formación o educativos los que perciben como algo útil para la sociedad, al mismo tiempo, que una facilidad para las personas. No sabemos cómo puede avanzar en los próximos años ni si sistema educativo se adaptará  a este tipo de enseñanza. Lo que sí sabemos es que el perfil de aprendizaje de muchos alumnos se adaptará progresivamente, más y más, a este tipo de enseñanza.

lunes, 4 de diciembre de 2017

La FP según la LOMCE

¿Qué novedades hay en la Formación Profesional dentro de la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa 8/2013 del 9 de Diciembre? ¿Hay mejoras introducidas respecto a la última Ley Educativa? Pongámonos en contexto.  Durante los años de crecimiento económico, la tasa de abandono educativo llegó a situarse en el 30%. Sin embargo, desde el año 2009 (cuando comenzó a aparecer la crisis económica), el fracaso escolar no ha hecho más que descender aunque aún estamos lejos de los objetivos que persigue España con la Unión Europea para el 2020. Por lo tanto, seguimos manteniendo una tasa alta de fracaso escolar.

Por otra parte, respecto a las leyes educativas anteriores, se observa una difícil conexión entre quienes deciden realizar una formación profesional (FP) y quienes quieren realizar una formación universitaria. Es decir, existía poca flexibilidad si algún alumno o alumna estudiaba  una FP y, posteriormente, querría realizar una formación universitaria ya que los pasos que tenía que aplicar no eran sencillos. Por ejemplo, con la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), cualquier alumno o alumna que quisiese realizar una FP de Grado Superior debía de realizar previamente el Bachillerato sin poder acceder mediante la FP de Grado Medio. O, con la Ley Orgánica Educativa (LOE), para pasar de grado medio a superior se debía realizar una prueba de acceso.


Estos trámites no hacían, sino, dificultar el acceso a la FP desde el itinerario enfocado a la Universidad (ESO y Bachillerato).  Por
ello, con la última Ley Educativa se pretende dar una mayor flexibilidad, al mismo tiempo que un mayor impulso al acceso laboral. Es cierto que una de las medidas nuevas de la LOMCE es la FP Dual.  Esta modalidad no hace sino más que fortalecer los lazos entre los centros formativos y las empresas con la finalidad de que el alumno pueda intercalar ambas cosas a medida que se vaya formando.

El fortalecimiento entre educación y empresa no es un aspecto negativo, todo lo contrario, se valora muy positivamente que el alumno vaya adquiriendo más contacto con el mundo laboral a través de sus prácticas. Sin embargo, podemos mencionar algunas desventajas en dicha modalidad como puede ser una excesiva focalización en la tarea por lo que el alumno o alumna no podría ver el funcionamiento de la empresa en su conjunto o las divergencias que pudiese existir entre Estado y las empresas sobre quién financia dicha formación.

Por último, destacar en esta nueva ley la FP Básica. Dicha formación, cuya extensión dura dos cursos académicos, estaría orientada a los alumnos o alumnas que hubiesen completado el primer ciclo de la educación secundaria (1º, 2º y 3º de la ESO) o que hayan completado 2º de la ESO y excepcionalmente se considere, previa consulta del equipo docente a los tutores legales, su incorporación a dicha formación. Supondría una manera de acceder a una FP de Grado Medio o, en su caso, completar la educación secundaria obligatoria en el caso de que el alumno o alumna lo desease aunque la reválida se encuentra paralizada con el RD 5/2016 del 9 de Diciembre.


En conclusión, el fomento de la iniciativa y el emprendimiento en nuestra sociedad resulta muy necesario y es positivo que se fomente desde la educación. Sin embargo, recordemos que igual o más importante supone alcanzar un acuerdo por un pacto de la Educación cuyas próximas generaciones se vean favorecidas por el mismo. 

sábado, 14 de octubre de 2017

El abandono escolar en nuestro sistema educativo

¿Por qué España sigue teniendo unas altas tasas de abandono escolar en los últimos años? ¿Cómo podemos abordar este problema? El pasado mes de Julio, el Ministerio de Educación publicó los últimos datos de abandono escolar en nuestro país. Dicha cifra se situaba en el 18,2%, por debajo de los datos del primer trimestre (18,5%). Podemos valorar estas cifras como algo positivo puesto que implica que cada vez más jóvenes apuestan por la formación para seguir ampliando sus conocimientos y capacidades. Esto no es solamente positivo para ellos sino para el conjunto de la ciudadanía ya que se traduce en la posibilidad de más empleo y oportunidades profesionales.

Sin embargo, los datos recientes se sitúan por debajo del compromiso de España con la Unión Europea: Reducir la tasa de abandono escolar hasta el 15%. Comparándolo con los datos de 2006, las cifras se situaban en el 30,6%, momento en el cual el país atravesaba una situación económica en crecimiento y muchos jóvenes abandonaban los estudios ante la posibilidad de lograr un trabajo y un buen salario sin grandes dificultades. Era el momento en el cual teníamos un 8% de paro, una de las cifras más bajas de desempleo que España ha tenido en los últimos años.


El abandono escolar no es ninguna broma y hay otros países de la Unión Europea que han logrado ya alcanzar sus objetivos para
2020 como Suecia (6%) Austria (7%) y Dinamarca (8%). El objetivo de la UE está claro: conseguir que el mayor número de personas tenga una formación básica. Los datos hablan por sí solos. En el año 2016, el 42% de las ofertas publicadas exigían como requisito mínimo disponer de un título universitario. En el polo opuesto, se situaban aquellas ofertas que sólo exigían graduado escolar y ESO que constituían el 10% del total.

¿Y qué podemos hacer en nuestro país? La respuesta está clara: invertir. En un informe publicado por CCOO, titulado ¿Por qué la población joven abandona los estudios?, señala que el retorno de los jóvenes a los estudios costaría 3500 millones de euros. Además, apunta 2 factores en la evolución del Abandono Educativo Temprano (AET)que son: factores educativos (influida por una política educativa cambiante en los últimos años) y factores sociolaborales (relacionada con la baja cualificación necesaria para el desempeño de diferentes actividades profesionales durante el período de 2000-2008). Debemos matizar que la AET es el porcentaje de jóvenes entre 18-24 años que han abandonado los estudios con una titulación inferior a la postobligatoria, es decir, sin tener, al menos, una Formación Profesional de Grado Medio o Bachiller.

En líneas generales, podemos plantear múltiples medidas para tratar de cumplir nuestro compromiso con la UE para el año 2020. Sin embargo, creo que, sobre todo, deberíamos apuntar en 3 direcciones: apostar por la Formación Profesional  cubriendo las demandas de estas enseñanzas; fortalecer las medidas de apoyo y refuerzo y atención a la diversidad para colectivos en situación de AET; y consolidar el vínculo entre el sistema educativo y el mercado de trabajo que permita a los alumnos estar en contacto con la realidad laboral ampliando sus competencias básicas. Un reto para todos los que queremos mejorar nuestra educación.


miércoles, 30 de agosto de 2017

El bilingüismo en el sistema educativo

¿Cómo nos desenvolvemos los españoles en el  manejo del inglés? ¿Ha mejorado nuestro nivel de inglés en las últimas décadas? ¿Son realmente efectivas las medidas establecidas para potenciar el bilingüismo en nuestro sistema educativo? Éstas son algunas de las preguntas que muchos de nosotros nos podemos hacer en relación con el dominio del inglés. Está claro que la mayor parte de la población considera que dominar más de una lengua es fundamental para nuestra formación profesional y académica. Sin embargo,  en opinión de Richard Vaughan, “en el aprendizaje del inglés, los españoles tienen los mismo problemas que en los años 70”. Exploremos algunos datos de interés.

De acuerdo con el barómetro del CIS, casi un 60% de los españoles reconoce que no habla, ni escribe, ni lee en inglés a pesar de que un 95% de la población es consciente de la importancia que adquiere dominar una lengua extranjera. Otro dato curioso de la encuesta es que la mayor parte de los padres encuestados afirman que aprendieron inglés en el colegio o en el instituto lo que viene a considerar por qué no dominan el idioma, actualmente,  después de aprenderlo durante toda su etapa académica. A ello se suma que un 87% de los encuestados tampoco está estudiando ningún idioma.

Estos datos invitan a la reflexión acerca de qué es lo que está fallando y por qué no somos capaces de dominar un idioma que se nos resiste a pesar de aprenderlo desde los 6 hasta los 18 años, es decir, 12 años para dominarlo. Con todo ello, son muchos los adultos y los hijos de los mismos quienes  acuden a academias y a centros privados para volver a empezar a aprenderlo. Ello directamente señala al sistema educativo cuyo método no termina de funcionar. En un artículo de ElPaís publicado por @anatorres8, se apunta a “la necesidad de que el profesorado trabaje de forma conjunta y que el foco de atención no sean cuestiones gramaticales sino centrarse en las diferencias culturales”.

Otro de los aspectos que debemos tener en cuenta, son los
beneficios que producen el bilingüismo y el plurilingüismo. En otro artículopublicado por ABC, Kati Szeless, experta en el aprendizaje de idiomas defiende la importancia de comenzar con el mismo lo antes posible puesto que “diversos estudios demuestran que los niños bilingües tienen un cerebro mucho más flexible y activo y, por lo tanto, mejoran su capacidad de concentración, análisis y resolución de problemas”. Además, defiende que “el bilingüismo no está relacionado con la inteligencia ni con el nivel socioeconómico del alumnado”.  En la misma línea, desde el New York Times, se valora la importancia del dominio de una lengua extranjera y que el mismo está directamente relacionado con el tiempo de exposición de dicho idioma.


En definitiva, el inglés sigue siendo nuestra asignatura pendiente hasta que no queramos modificar la situación. Y no es necesario irse muy lejos puesto que en nuestro país hay regiones con lenguas cooficiales cuyo alumnado salen dominando dos idiomas. Desde mi punto de vista, creo que los españoles hablamos mejor inglés que hace 40 años y, en parte, una de los aspectos que han influido es la aparición de las nuevas tecnologías y medios de comunicación que han permitido que estemos más expuestos a la globalización. Otro dato a reflexionar.