¿Se debe vincular el trabajo con el sistema educativo? ¿Necesitamos una estrecha colaboración entre la orientación educativa y la sociolaboral? Esta última cuestión se planteó el pasado 19 de Abril donde tuvo lugar el Protocolo de Orientación Educativa y Profesional de Extremadura en Mérida. En dicho Protocolo, se reflexionó sobre la orientación académica y/o profesional del alumno en sus distintas etapas teniendo en cuenta sus competencias genéricas. Y es que, como afirma Begoña Mena (@bemebo), "en un mundo de permanentes cambios, la tarea más difícil es orientar".
El trabajo es uno de los aspectos que más preocupa a la sociedad española en los últimos años. Algunos datos mencionados en los medios de comunicación, justifican dicha preocupación. Existen previsiones de que más del 50% de los empleos actuales desaparecerán en las próximas décadas ya que la mayoría serán desempeñados por robots (sin contar el avance de la inteligencia artificial). Es cierto que la desaparición de empleo conlleva la aparición de otros nuevos pero la disminución en la renta por trabajo en todo el mundo sigue aumentando. Además, se habla de que casi un 70% de los empleos que desarrollarán los niños de hoy, no existen en la actualidad. Con todo ello, hay una cosa clara: necesitamos mejorar el enlace entre trabajo y educación.
Si nos centramos en cuál es el verdadero objetivo de la
educación se nos podrían ocurrir muchos pero quizás sean dos los más destacados: el desarrollo del individuo y el fomento de una buena convivencia de la ciudadanía. No obstante, junto con estos dos me permito incluir un tercero como es la incorporación al mundo laboral del individuo. En este punto tenemos un dilema, ¿como enfocar el aprendizaje para superar el problema del trabajo?. La sociedad en la que vivimos hoy en día no es la sociedad del conocimiento sino la del aprendizaje. Esto conlleva que cualquier individuo (tenga la edad que tenga) debe ser consciente de la necesidad de aprender y desaprender competencias que impliquen su progreso profesional incluyendo su capacidad de adaptación.
De acuerdo con Enrique Dans (@edans) sobre el futuro del trabajo, "trabajos como la arqueología no lo podrán hacer máquinas puesto que aquellas profesiones que impliquen creatividad o pasión muy difícilmente serán dejados de practicar por personas". Dos elementos claves mencionados (pasión y creatividad) forman parte de la era del aprendizaje. Además, necesitamos fomentar la relación entre empresas y escuela, haciendo hincapié en la educación profesional. Sólo de esta manera podremos plantear una solución respecto a la incertidumbre del trabajo.
Sin duda alguna, lo más importante de nuestro sistema educativo son nuestr@s alumn@s. Ell@s son el futuro de nuestra sociedad y somos los adultos los responsables (en parte) de su formación. Por ello, el apoyo a las familias, la coordinación con las empresas para la formación profesional y los criterios de capacitación de los profesionales de la educación deben estar incluidos, también, en nuestro sistema educativo. Desde algunos portales, como el blog OrienTapas, defienden esta labor en un intento de mejorar la educación de nuestro país.
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