Estamos en campaña electoral. El próximo 20 de Diciembre, los
españoles eligiremos a nuestros representantes en las Cortes Generales para los
próximos cuatro años. Se prevé una alta participación ciudadana para estas
elecciones debido a la posibilidad de que haya un cambio de Gobierno. Según las
encuestas, ningún partido obtendrá la mayoría absoluta por lo que los pactos se
convertirán en algo necesario para la próxima legislatura. Y con todo este
panorama, ¿que ocurrirá con la Educación en los próximos cuatro años? ¿el nuevo
gobierno derogará la ley actual y la sustituirá por otra como ha ocurrido en
los últimos 35 años?. Vayamos por partes.
Desde hace más de 30 años, cada vez que un partido llega al Gobierno se dedica a derogar la ley educativa anterior e instaurar una nueva a su
medida. En total, en España se han aprobado 7 leyes distintas sobre la
Educación. ¿Cuáles han sido las consecuencias de éstos hechos? huelgas,
debates, insatisfacción en la población, etc. El problema en cuestión no es que
la ley que propone un partido sea mejor que la del otro o viceversa, sino que se
olvidan de algo tan fundamental como es la comunidad educativa. Y cuando hablo
de la comunidad educativa incluyo a todos los actores: docentes, alumnos y
familias. Ellos son y deben ser los principales protagonistas ante cualquier
reforma educativa. Por la tanto, la escuela no se cambia desde un partido
político sino desde la propia escuela.
Por otra parte, si verdaderamente pensamos que la educación
es algo tan importante en nuestra sociedad, no hagamos recortes en algo que
perjudica a nuestros alumnos. ¿Realmente queremos afrontar el elevado fracaso
escolar que aún existe en nuestro país, situándose por encima de un 20%?. Si la
respuesta es que sí, debemos apoyar a nuestro sistema educativo a través de
aspectos clave como la formación del docente.
Para finalizar, quiero hacer mención a la elaboración del Libro
Blanco del Docente que está realizando el filósofo Jose Antonio Marina a
encargo del ministro de Educación, Méndez de Vigo. Es cierto que esta acción puede
llevar a un debate serio sobre la Educación en nuestro país y pueda suponer los
cimientos para un futuro pacto de Estado por la Educación. Sin embargo, me
gustaría mencionar algunas de las propuestas planteadas en este Libro:
1. La necesaria formación y evaluación de los
docentes. Sin duda, uno de los pilares básicos en nuestro sistema educativo es
el docente. El docente no sólo debe transmitir conocimientos sino, además, ser
la persona que motive al alumno en su aprendizaje. Marina plantea una especie
de MIR educativo para los profesores además de una evaluación continua. Habla,
incluso, de un incentivo económico para los buenos profesores. No obstante, en
esta última medida hay diversidad de opiniones.
2. Aumento del presupuesto. El filósofo plantea una subida de, al menos,
un 5% del presupuesto para Educación. Desde su punto de vista, un presupuesto
inferior sería inviable para un sistema educativo correcto. En este punto,
parece haber un mayor consenso.
3. Variación en cuanto al contenido. Aún no hay mucho difundido en este aspecto,
no obstante, si el problema entre los partidos es religión sí o no, Marina
plantea una asignatura de las religiones, algo así como cultura general. Sin
duda, el contenido ha sido uno de las principales diferencias entre los
partidos que han llegado al gobierno.
Creo que un debate sobre Educación es bueno y necesario a
estas alturas. No es admisible que sigamos realizando las mismas prácticas de
los últimos 35 años porque los resultados continúan siendo insatisfactorios. Un
pacto de Estado por la Educación debe ser, como mínimo, para tres o cuatro
legislaturas. Empecemos a trabajar juntos sobre este tema porque con algo tan
importante como la Educación, no se juega.
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