lunes, 26 de octubre de 2015

La verdad sobre la educación emocional

Seguro que en algún momento has oído hablar sobre la educación emocional y su importancia de incorporarlo en el sistema educativo pero ¿qué supone realmente la educación emocional en nuestro sistema? Sin ninguna duda, el buen uso de las emociones en el aprendizaje conlleva efectos beneficiosos para el desarrollo de cualquier persona. Para ello, el profesor debe crear las condiciones adecuadas para que el entorno de aprendizaje sea “adecuado”. Como afirma Francisco Mora (@morateruel), doctor en Neurociencia y catedrático de Fisiología de la UCM, “sin emoción no puede existir curiosidad y, por lo tanto, no podemos despertar en el alumno procesos cognitivos básicos como la atención o memoria.


Hasta aquí, tenemos claro la importancia de las emociones pero ¿cómo despertar esas emociones en el alumno? Ya hay estudios pedagógicos que afirman sobre la imposibilidad de despertar, por ejemplo, la curiosidad en el alumno para desarrollar su creatividad con los métodos tradicionales. El impulsor de la inteligencia emocional, Daniel Goleman, ya predijo la relación  entre las emociones y el rendimiento académico y personal. Pero ¿qué es más importante: esperar a que el alumno esté contento para que aprenda o que aprenda para estar contento? Salvador Rodríguez (@salvaroj) en su blog ya defiende que “para llegar a la nueva manera de aprender de los alumnos, deberemos de provocar un cambio en la manera de educar de los docentes”. Nada más lejos de la realidad.


Mi consejo es que si no sabemos cómo despertar la curiosidad del aprendizaje, nos fijemos en personas que ya lo están haciendo. El proyecto Marea Inclusiva es un buen ejemplo. En palabras de su mentor, “la idea surgió como una oportunidad para que los alumnos participasen más en su aprendizaje, otorgando un papel más activo. Se trata de que tomen conciencia de lo que aprenden y lo compartan con el resto.” En su metodología combinan aprendizaje basado en proyectos, trabajos cooperativos y role playing con el uso de herramientas TIC como blogs o videotutoriales. El resultado es que el aprendizaje es más productivo y fructífero. No sólo es importante incorporar las emociones en la educación sino que las acciones que llevemos a cabo produzcan los sentimientos que pretendamos.   

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